jueves, 22 de diciembre de 2011

Que el color verde de tus ojos es mío.





No supimos cuidar eso que teníamos y al final todo terminó haciendo  daño, demasiado daño .Nuestro amor era a quema ropa, nada de andarse con medias tintas ni con pies de plomo, devoraba todo lo que tocaba, hasta nuestras bocas.Un día nos hacía tiritar las ganas y al siguiente nos trataba como perros, en eso consistía, querernos hasta morir de hambre:Era esa clase de amor que te consume , que te arañas y maltrata hasta dejarte con ganas de volver a por más.Pero a diferencia de tus promesas con sabor a verdad no duró para siempre y llego un momento en el que ese fuego que nos había echo querernos hasta matarnos se apagó, así de repente , justo como había empezado.Ahora solo nos queda recordar las tardes de domingo tirados en tu cama con nuestras respiraciones entrecortándose por la excitación, la peca de mi nariz, tus manos en mi espalda desnuda, las miles de veces que quisimos echar un polvo salvaje en  cualquier esquina.Y Por más que eche fuego a la lluvia es imposible hacerlo prender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario