domingo, 18 de agosto de 2013

Cuesta tanto verse realmente, da tanto miedo quitarse la coraza y desnudarse delante de uno mismo.
Me aterra que el espejo no me devuelva el reflejo que ansió, o que mis ojos sean incapaces de verse en las paredes de mi anatomía. Me da tanto pánico no gustarte, no llegar a enamorarte como tu lo has hecho. Estar en una piel que no te pertenece, en un cuerpo que se escapa por los bordes. El lastre de no poder verte como mereces, de no poder quererte como lo necesitas. Me oprime el pecho, casi no me deja respirar.No hay espacio para nada más en esta cárcel en la que me he convertido a mi misma. No puedo dejarlo ir, y tampoco quiero que se vaya. Me merezco ser feliz, o al menos eso solía pensar. Solo dame una razón para no comprarme contigo. ¿Quién podría quererme a mi teniéndote delante?, me siento tan pequeña. Soy incapaz de estar delate de alguien sin taparme los defectos, sin ocultar las zonas oscuras que me tragan hacia dentro, obligándome a quedarme allí. Nadie puede verme así, nadie debería poder entrar en mi mundo, porque está lleno de cicatrices y de obsesiones enfermizas. Lo siento, siento tanto hacer daño a los que quiero. Pero ya no puedo seguir viendo como todo aumenta y no poner remedio, no hacer que pare de una vez. Solo quería gustarte y que tú me arreglaras.




jueves, 8 de agosto de 2013

Querido, queridísimo amor;
Nos conocimos en  1935 , yo acababa de terminar el colegio y tú estabas decidido a entrar en medicina y convertirte en un gran medico, como lo fue tu padre, y antes de él tu abuelo. Recuerdo que llevaba puesto un vestido de flores rojas que había robado del armario de mi madre y mis perlas favoritas colgadas de las orejas, como un talismán. Tú estabas tan guapo aquella tarde, con tu ostentoso reloj nuevo y el cigarrillo en la boca, colgándote desafiante de los labios. Supongo que intenté que te fijaras en mi incluso antes de saber que me gustabas, y desde entonces creo en el amor a primera vista. Cuando me dijiste aquello de "nena, las mujeres no fuman" supe que eras tú. Recuerdo esa primavera como su fuera ayer, los paseos por las pequeñas calles colgada de tu brazo, las carreras en bicicleta hasta el lago, mi primer beso. Estaba tan enamorada que apenas podía respirar. Conseguiste hacerme flotar en aquellos meses, volaba y tú eras la causa de ello. Llegó enero, y yo casi no podía creer que el verano se nos hubiera escapado entre susurros y caricias. Fue el mejor verano de toda mi vida, ya sabes, creo que todo el mundo piensa lo mismo de su primer verano enamorada. Pero tu y yo estábamos unidos,aunque nadie más lo entendiera. Puede que no fuéramos perfectos, que yo te gritara y golpeara y tu jamás te acordaras de comprarme flores. Pero todo eso da igual, la primera vez que me dijiste "te quiero" mi corazón se paró por una milésima de segundo, y juro que pensé que se podía morir de tanto amor. Cuando apareciste con aquel anillo y te arrodillaste en frente de mi no tuve que pensarlo, dije que sí como un acto reflejo, porque sabía que te había encontrado antes incluso de pensar en ello. Por eso amor, porque sé que eras, eres y serás el único me duele tanto que te fueras, que me dejarás por una guerra que no tenía nada que ver con nuestro futuro, el tuyo y el mio.Pero hay algo que jamás te dije antes de que te marcharás y que jamás te podre volver a decir; fuiste el amor de mi vida, más que ninguna otra cosa. Tú eras mi persona, y ahora que te has largado para siempre estoy sola y desamparada en un mundo que ya no reconozco. Porque sin ti nada de de esto que era de ambos ya me pertenece. Soy incapaz de mirar una puesta de sol sin pensar en tus abrazos, no puedo escuchar nuestra canción sin imaginarme tu ridícula imitación con voz de falsete. Te quiero, te quise y te querré siempre, porque me hiciste la persona más feliz del  mundo y nunca quise verte desaparecer si no era de mi mano. Espérame, porque yo sé que para mi no puede haber nadie más después de ti.







Hasta siempre, aguarda mi llegada en el otro lado.
Dicen que la distancia es una mierda, pero que bonito estás cuando te veo aparecer.Tiemblo, me muerdo el labio y el corazón me golpea las costillas. Eres precioso, o eras precioso, ya ni si quiera me acuerdo de la diferencia entre lo que fuiste y lo que serás.No queda nada de aquello que nos hizo uno y sin embargo soy incapaz de no pensarte, de no quererte cuando ni si quiera estás aquí.Nos envidiaban ¿sabes?, eramos prácticamente intocables tu y yo, etéreos cuando estábamos juntos, como huracanes que servían de detonantes para una catástrofe. Casi llegamos a querernos tanto que la piel se nos desacía entre las manos, de tanto tocarnos. Pero supongo que estamos muy lejos de entonces, de aquellos besos y de las miradas que te encendían el alma. Ahora soy otra, en la misma piel en la que dejaste surcos y heridas, pero otra al fin y al cabo. Me han roto los costados y los esquemas cuando tu no estabas ahí para cuidarme, me hubiera encantado conservar la inocencia que adorabas. Aún así sigo sin poder mentir, porque tu boca sigue siendo un bonito precipicio donde amar, y un lugar perfecto para saltar hacia lo desconocido. Ojalá me hubieras conocido en otra vida, una en la que el destino y el tiempo no jugaran en nuestra contra si no que jugaran con nosotros. Una época donde me hubieras hecho feliz y yo no hubiera huido del amor como si quemara por miedo a no salir viva de ello. Ojalá fuera capaz de olvidarte del todo o hacerte volver, porque sé que ya jamás volveré a rozarte, ni si quiera el corazón.







Por que todavía tiemblo cuando te miro, aunque ya seas solo un fantasma del pasado