miércoles, 20 de febrero de 2013






Las grandes historias comienzan siempre con algo insignificante, nosotros no íbamos a ser distintos. 
Nadie entendía porque Hope parecía que había dejado de respirar, apenas comía y solo asentía cuando era una pregunta directa. Yo sin embargo entendí al instante lo que le estaba sucediendo.Ella se consumía, poco a poco. La captura de Jared la estaba apagando y eso hacía aún más urgente que fuéramos a rescatarlo. Cuando Jared llegó hasta la sede de la Resistencia ya traía a ese monstruo de metro cincuenta colgado del brazo.Creo que Jared y Hope se habían conocido antes de la explosión cuando Hope no era Hope si no Anne y todavía todo era como debía ser.Ella debió de enamorar  al chico ya por aquella época porque juro que nunca he visto mirar a nadie como Jared la miraba. Incluso cuando cruzaron las puertas y la vio a salvo, protegida, no dejó de abrazarla como si Anne tuviera algo que nadie podía apreciar salvo él.Con el paso de los días todos nos dimos cuenta de que era aquello que Jared intentaba salvar, su sonrisa. Anne era capaz de iluminar toda la habitación y no hablo de forma simbólica.Por eso dejó su verdadero nombre casi al instante de entrar por nuestra puerta, y adoptó el apodo cariñoso de Hope.Se convirtió en nuestra esperanza y Jared tuvo que compartir su luz con todos nosotros, pero a Hope no pareció importarle.
Supe que tú la apreciabas de verdad, no como a el resto de nosotros. Decías que ella hacía que surgieran en ti esas cosas humanas que tú llamabas lastre y nosotros llamábamos sentimientos.La chica no se centraba mucho en tu aspecto de mujer creída y egoísta que te apartaba de el resto del grupo durante los entrenamientos.
La primera vez que Hope se acercó a ti vi como el rostro de Jared era sustituido por una mascara de puro  terror, todos habíamos visto como eras capaz de matar a un invencible con tus propias manos, y  Hope estaba muy lejos de ser lo suficientemente rápida como para escapar de ti.
-Hola,chica sin nombre.
-¿Y tú eres...?-.El pobre Jared seguía conteniendo la respiración mientras tú la mirabas desafiante.
-Hope para los amigos,pero tú puedes llamarme Anne-.Te reíste, fue la primera vez que oía tu risa.Era preciosa, algo tan perfecto que solo podía haber salido de ti.
-A perfecto niña, así que yo sigo siendo la Sin Nombre y tú tienes dos.Me parece que eso es un poco egoísta¿sabes?.
-Aquí los nombres se ganan.Y no me llames niña ,rubita, que no te engañe mi aspecto.Ese chico grandote y fuerte que ves ahí-.dijo señalando a Jared.- está esperando cualquier gesto por mi parte para aplastarte como una colilla.
-¿Con que tienes guarda espaldas?, que valiente.
-Ser valiente no consiste en librar las batallas que sabes que vas a perder, si no el luchar en aquellas en las que la victoria está asegurada rubita. Sonrió ante su ocurrencia, y entonces fue cuando vi que Hope era capaz incluso de traspasar tu coraza.
-Me llamo Eve-.Soltaste de pronto.
-Encantada Eve, supongo que ahora ya podemos ser amigas-.Dicho esto se marchó, como quien sabe de ante mano lo que va a pasar.Hope solía tener ese efecto en las personas, incluso en ti.
Cuando llegó hasta Jared vi por fin como este ponía cara de alivio y sonreía mientras ella se dejaba mecer entre sus brazos como si fuera un bebe.
-No te preocupes muchachote,lo tenía todo controlado.
- Hope algún día vas a dar con alguien que te encuentre realmente irritante y quiera darte una lección y me obligarás a matarle ¿lo sabes ,verdad?-.Jared intentaba mantenerse enfadado, pero parecía más bien divertido.
-Deja de decir tonterías, llegará el momento en el que estés tan harto de mi que seas tú el que acabe conmigo-. Y soltó una carcajada tan alta que todos nos giramos a mirarla, incluso tu dejaste el arco en el suelo y la miraste por un segundo.
-Ven aquí renacuajo-. Y él agarro su cara, que parecía diminuta entre sus dedos, y la  besó con infinita ternura. Rozó sus labios con los de ella como si tuviera miedo de romperla.Hope le agarró de la camiseta y le atrajo hacia sí,volviendo el beso aún mas íntimo
-Iros a un hotel degenerados, la sala de entrenamiento no está para esto-.Solté intentando alejar la atención de tus ojos, que por una extraña razón que no comprendía se habían posado en mi.



Aún no sabía que poco tiempo después  hubiera estado encantado de tener esa mirada puesta en mi constantemente.


martes, 19 de febrero de 2013

Me hubiera gustado ser Jack, lo tenía todo tan claro. Estar con él era tan sencillo como respirar y creo que por eso ella también decidió que Jack era su persona. Savannah llegó a la Resistencia como una niña asustadiza incapaz de sostener un arma entre las manos.Había visto cosas horribles mientras vivía en las calles y creo que no estaba en su naturaleza recuperarse, por eso Jack no podía apartarse de ella.Él tenía ese espíritu sobre protector de hermanos mayor  y sospecho que también era ,en parte, por los ojos marrones de Savannah. A veces creo que ellos dos estaban destinados a estar juntos y pienso en como me hubiera gustado que las cosas fueran así para nosotros Enviada, que pudiéramos querernos como ellos, o a nuestra manera. Cuando discutíamos tú y yo porque te parecía atrevido o divertido( aún no lo sé)inmolarte me iba al camastro de la habitación de enfrente y oía a Savannah y a Jack hablar en sususrros.Imaginaba que eramos nosotros, unos nosotros más compatibles y menos suicidas.
-Jack, necesito que te quedes, es peligroso-.Casi nunca mostraba que tenía miedo, hacía tiempo que se había cansado de ser la niña miedosa que llegó a nuestra puerta-ya sabes como es Eve, se cargaría ella solla a toda la guardia.No digo que no confíe en ella, pero tú no eres inmortal.
-Vamos S, no va a pasar nada.Solo vamos a patear un par de culos ,sacaremos a Jared del agujero donde le tienen encerrado y saldremos de allí-.Intentaba tranquilizarla.
-No hagas que parezca fácil, si algo pasa Sam y Eve se protegerán las espaldas, porque es lo que les dirá el instinto, o el corazón-. Su voz se había teñido de un pánico muy real-Y tú te quedarás solo.Tal vez debería ir.
-No puedes ir Savannah.-Y Jack no pareció dar ningus signo de vacilación.
-No me vengas con el discurso sexista de que soy más débil, ya viste lo que hice el otro día-.
-Déjate de gilipolleces S. Eres más débil  pero ese no es el asunto.El asunto es que es un plan bastante kamikaze y si te pasara algo, si delante mía alguno de esos hijos de puta te pusiera una mano en cima, no se que haría-. Supe como le brillaban los ojos a Jack de ira, porque a mi me pasaba lo mismo cuando me venían imágenes a la mente de Eve ensangrentada entre mis brazos.
Ella no supo que contestar supongo, porque lo siguiente que oí fueron sus respiraciones entrecortadas y ella susurrando su nombre, como si quisiera aferrarse a ese recuerdo para que Su Persona no se marchara de allí.
Lo que hubiera dado para que me suplicaras que me quedara a tú lado.Pero tú no eres de las que suplican Polvorilla,que va. Tú eres de las que coje con un rifle de alta precisión y sale detrás mío pegando tiros a mi espalda.




Tú eres una heroína y eso es lo que olvidé mientras me enamoraba de ti.



-¿Qué vas a hacer Sam?, todo esto es una locura-. Jack parecía cansado, como quien habla para una pared incapaz de retener nada de lo que dice.
-No sé a que te refieres, todo sigue igual-.Mentí.
-Ni lo intentes Sam, no te atrevas a decir nada más a cerca de ella si vas a mentir.Soy tu amigo, sabes que voy a apoyarte.Pero necesito saber que está pasando-.Creo que nunca me había pedido nada, pero recuerdo que entonces me lo suplicó, como si fuera un favor enorme.
-Jack, ni si quiera yo lo entiendo.Es ella, no sé que me ha hecho, es como si me hubiera embrujado. No puedo parar de mirarla, justo antes de que se duerma,cuando entrena, mientras carga la ametralladora,¡ a veces tengo celos hasta del arma porque está pegada a su hombro¿sabes?!.Creo que me estoy volviendo loco Jack-.Confesé.
-Y entonces¿Por qué pasaste la noche con Natalie?, sabes que ella está enamorada de ti, como todas-.
-Porque quería olvidarme de ella o que ella se olvidara de mi,no lo sé. Intento quitármela de la cabeza, por el bien de la resistencia.Pero no puedo joder, no puedo-. Dije la verdad,o al menos gran parte de ella.Era la primera vez que soltaba mis miedos en voz alta.
-Joder Sam estás bien jodido, pero jodido de verdad.Ella es la enviada. Eve era la única tía a la que no podías tocar macho, las tenías a todas¿Por qués has tenido que enamorarte de la única que no puede ser tuya?-. Tenía toda la razón.Pero es que tú me descolocabas muñeca, me hacías sentir un crío a tú lado.Joder ni Natalie ni todas las tías enamoradas de este mundo podían conseguir eso.
-Lo sé¿vale?.Sé que lo nuestro no va a ningún sitio, que ni si quiera debería pensar en ella y mucho menos en besarla. Entiendo que la tía que me conviene es Nat. Pero joder dile eso a mi corazón Jack, porque se niega a entenderlo. Por muchas hostias que le doy a él no parece entrarle-. Dije la verdad polvorilla, estabas tan incrustada en mi que a esas alturas era imposible sacarte.
-Tío, las cosas están duras para vosotros dos.Lo sabes¿verdad?. Ya no estamos en época de soñadores Sam y mucho menos en tiempos de amor amigo-. Fueentonces cuando lo supe Eve, que ya no había vuelta atrás.


Habíamos desatado nuestra propia guerra .



Lo que Nat no sabía, es que el amor puede doler lo mismo que un balazo o una caida desde el tercer piso.Lo que Natalie aún no era capaz de comprender es que Sam era incapaz de amarla a ella, porque ya nunca podría querer a nadie más que no fuera su polvorilla.






Supongo que no tenías la pinta de heroina que todos esperábamos  No eras dura, no ibas tatuada de la cabeza a los pies y entraste desarmada, ni si quiera llevabas encima una glock. Todo lo contrario, parecías tan pequeña y frágil, como si fueras a romperte en cualquier momento. No te hubiéramos creído si no acabáramos de presenciar como matabas y desmembrabas a cien invencibles sin apenas despeinarte. Cuando entraste por la puerta nos miraste como un cervatillo asustado y tuve miedo de que salieras corriendo, así que intenté moverme los más despacio que pude. Ahora que lo pienso es una tontería, podrías haber acabado conmigo sin pestañear.No parecías herida, más tarde descubriría que tus cortes eran mucho más profundos, de esos que hace falta escarbar para poder ver como sangran.
-Hola, somos la resistencia.Tú eres la enviada¿verdad?.¿Sabes quienes somos?-.Que estupidez, claro que lo sabias.Al fin y al cabo estabas allí.
Seguiste muda, prácticamente ni respiraste, así que decidimos llevarte a una habitación para que durmieras algo, o lo que quiera que hicierais los de tu especie.
-Llevas dos días durmiendo preciosa, creo que ya va siendo hora de que te pongas manos a la obra y hagas honor a tu nombre.
-No tienes ni idea mortal, no sabes lo que estás diciendo.- Me dejaste helado polvorilla, parecías tan cansada, rota por dentro. Tuve miedo de tocarte y cortarme con tu desastre. Por aquel entonces yo era un joven idealista que creía que nadie podía estar tan dañado como para no querer vivir, hasta que te conocí.
-Que pasa rubita, ¿Piensas estar aquí tumbada hasta que eches culo?, aquí no vayas de reina, ya te lo advierto, nadie...
-No me adviertas nada estúpido, tendrías que vender tu alma para poder si quiera rozarme sin que yo te lo permitiera, así que no tengas el valor de amenazarme. Me habías herido en mi ego de chico¿sabes?, pero decidí que te lo perdonaba porque estabas muy buena.
-Creo que hemos empezado con mal pie.Me llamo Sam, Samuel Ross-. Al principio decidiste que lo mejor era ir de interesante o al menos eso me pareció-Como no me digas tu nombre voy a seguir llamándote rubita¿sabes?.
-No tengo nombre capullo.
-Todo el mundo tiene que tener un nombre. Mmm deja pe piense,¿Qué tal ... Polvorilla?-.Vi como los ojos se te encendían y supe que había acertado, al menos en lo referente al nombre.


 Lo que no sabía es que estaba equivocado en todo lo demás.¿verdad mi polvorilla?




Sam, mi Sam. Decías que yo era la heroína y juro que intentaba serlo,quería cambiar este maldito mundo y salvarlo. Pero contigo era tan difícil competir, porque no jugabas para ganar, jugabas porque era lo correcto. Te inmolabas por cualquiera, en cualquier momento solo porque te salía ese complejo de Superman y creías que podías chocarte contra un bloque de cemento a dos mil kilómetros por hora sin romperte un solo hueso.Idiota, la invencible era yo ¿recuerdas?, tú eras un simple mortal.Sin embargo tenías una debilidad, o la teníamos aunque nos costara verlo, aunque no lo viéramos hasta el final, cuando ya era tarde.
-Samuel no seas pesado ¿quieres?, es lo más seguro, si vamos los dos dejaremos a todos sin un jodido soldado decente que los proteja.- Dije, sabiendo que no me dejarías tener la última palabra.
-Deja de decir gilipolleces, últimamente parece que no sale otra cosa de esa boca.Hace  dos meses no te importaba una mierda todo esto.La resistencia era solo una forma de lucirte, de conseguir que te mataran de una vez por todas. La gente que te admiraba te producía arcadas¿Qué a cambiado tanto para que ahora estés dispuesta a morir por ellos y no por ti?.
-Ya lo sabes.- Hay que reconocer que eras peor que un dolor de muelas, maldito ególatra lleno de sinceridad y miradas profundas.
-Dilo Eve, dilo o no te irás de aquí-. Y sonaste mucho más seguro de lo que nunca te había escuchado.
-Dios Sam ya lo sabes, claro que lo sabes, colo quieres inflar aún más tu ego de machito dominante.
-Dilo.-Dijiste como única respuesta.
-Te quiero¿vale?,por mi que la resistencia y todos ellos se vayan al cuerno, quiero salvarte a ti, solo a ti. Te quiero Sam, si no es desde el primer día desde el segundo. Se supone que me entrenaron para que esto no pasara, eres un simple mortal y yo soy una especie de héroe mítico, y aún así te quiero. Por eso necesito que me dejes ir, porque te juro que si te pasa algo por mi culpa, si mueres por mi causa, ningún lugar de este jodido mundo será lo suficientemente oscuro como para ocultarse de mi desastre-. Deje que las palabras fluyeran una detrás de otra sin ningún tipo de filtro.
Entonces te miré por primera vez desde que había comenzado a hablar y vi tu ojos azules empañados, no supe distinguir si eso era una buena señal o simplemente ibas a soltar alguna frase de tu estilo como "muñeca, ya sabía yo que bebías los vientos por mi"
-Ahora si que no vas a ir ahí sola.- Y me abrazaste como nunca nadie me había abrazado.Hasta ese momento había estado helada y no lo sabía, cuando sentí tus brazos rodeándome me descongelé.
Sam, no sabes lo que hubiera dado por permanecer así toda una vida, pero tú eras mucho más valiente que yo.Lo siento Sam, pero no podía soportar la idea de que fueras tú el que se marchara antes.


Ya sabes lo que me encanta ser la protagonista.



Merecías que te hubieran matado Eve, por supuesto que lo merecías. Creías que ser inmortal te daba el derecho y el deber de gobernarnos a todos.Que título más estúpido creíste poder reclamar, que carga tan pesada sobre los hombros de una niña o de una niña que en medio de el caos decidió hacerse mujer.
-Sam,deberías dejarme hacerlo, tardaríamos menos.
-Muñeca ,he nacido para esto, disparar a la cabeza de esos hijos de puta se me da tan bien que podría hacerlo con los ojos cerrado-. Delante tuyo solía mentir o decir verdades a medias que para el caso es lo mismo.
-Ya igual que la ultima vez ¿no?, por Dios Sam, ese rifle es demasiado pesado para ti, terminarás con el hombro echo polvo por el retroceso y te necesitamos para que rescates a alguna princesita rubia más.
Sabías hacerme sentir tan poco hombre como el que más, a veces me daban ganas de hacer concursos de quien meaba más lejos y tenía que recordarme que hablaba con una niña o mujer según se terciaran las cosas.
-¿Celosa?,no te preocupes preciosidad,solo tienes que decirlo y te salvaré a ti, siempre te salvaría a ti.
-Ya sabes que yo no necesito que me salven, y me llamo Eve, no preciosa-. Claro que no necesitabas que te salvaran, eras prácticamente indestructible, pero no contaste con el prácticamente, como me hubiera gustado que pensaras por un momento en esa posibilidad.
-Y tú sabes que Natalie no es nadie, bueno al menos nadie que pueda compararse contigo-.Respondí,intentando calmar tus celos de hojalata.
-No hay nadie que pueda comprarse a mi Sam, soy única en tu mundo.Deja de decir tonterías, no podría estar celosa de Natalie ni aunque quisiera, porque sé perfectamente el efecto que causo en ti.En ti y en todos los hombres de este planeta tan primitivo-. Que engreída parecías cuando decidías brillar en la habitación para apagar al resto, querías que pareciera algo espontaneo, pero te dejaba tan exhausta y consumida que tenías que apoyarte en la pared para no desplomarte en mis brazos.
-Sabes lo que pasa Eve, que yo tampoco soy un humano cualquiera y también lo sé.Soy consciente de que el día que entraste en esta habitación después de haberte cargado al menos a cien de los de tu especia solo con tus manos pensaste que te recibiríamos como a una heroína, y supongo que el resto te miró de esa manera, pero yo ya lo sabía-. Te dije desafiante.
-¿Qués es lo que sabías Sam?-.
-Sabía que te enamorarías de mi muñeca,porque incluso entonces, sin conocerme, me miraste como si hubieras encontrado tu tabla de salvamento en aquel mundo hostil-. Y te quedaste sin palabras, porque supiste que había dado en el clavo. La gran Eve se había quedado muda.Lo que no te dije es que el día que entraste por la puerta de la resistencia yo también supe que te había encontrado.



Supongo que eso decidí guardármelo para mi. Aún me gusta conservar algo de orgullo, polvorilla.