martes, 19 de febrero de 2013

Supongo que no tenías la pinta de heroina que todos esperábamos  No eras dura, no ibas tatuada de la cabeza a los pies y entraste desarmada, ni si quiera llevabas encima una glock. Todo lo contrario, parecías tan pequeña y frágil, como si fueras a romperte en cualquier momento. No te hubiéramos creído si no acabáramos de presenciar como matabas y desmembrabas a cien invencibles sin apenas despeinarte. Cuando entraste por la puerta nos miraste como un cervatillo asustado y tuve miedo de que salieras corriendo, así que intenté moverme los más despacio que pude. Ahora que lo pienso es una tontería, podrías haber acabado conmigo sin pestañear.No parecías herida, más tarde descubriría que tus cortes eran mucho más profundos, de esos que hace falta escarbar para poder ver como sangran.
-Hola, somos la resistencia.Tú eres la enviada¿verdad?.¿Sabes quienes somos?-.Que estupidez, claro que lo sabias.Al fin y al cabo estabas allí.
Seguiste muda, prácticamente ni respiraste, así que decidimos llevarte a una habitación para que durmieras algo, o lo que quiera que hicierais los de tu especie.
-Llevas dos días durmiendo preciosa, creo que ya va siendo hora de que te pongas manos a la obra y hagas honor a tu nombre.
-No tienes ni idea mortal, no sabes lo que estás diciendo.- Me dejaste helado polvorilla, parecías tan cansada, rota por dentro. Tuve miedo de tocarte y cortarme con tu desastre. Por aquel entonces yo era un joven idealista que creía que nadie podía estar tan dañado como para no querer vivir, hasta que te conocí.
-Que pasa rubita, ¿Piensas estar aquí tumbada hasta que eches culo?, aquí no vayas de reina, ya te lo advierto, nadie...
-No me adviertas nada estúpido, tendrías que vender tu alma para poder si quiera rozarme sin que yo te lo permitiera, así que no tengas el valor de amenazarme. Me habías herido en mi ego de chico¿sabes?, pero decidí que te lo perdonaba porque estabas muy buena.
-Creo que hemos empezado con mal pie.Me llamo Sam, Samuel Ross-. Al principio decidiste que lo mejor era ir de interesante o al menos eso me pareció-Como no me digas tu nombre voy a seguir llamándote rubita¿sabes?.
-No tengo nombre capullo.
-Todo el mundo tiene que tener un nombre. Mmm deja pe piense,¿Qué tal ... Polvorilla?-.Vi como los ojos se te encendían y supe que había acertado, al menos en lo referente al nombre.


 Lo que no sabía es que estaba equivocado en todo lo demás.¿verdad mi polvorilla?




No hay comentarios:

Publicar un comentario