martes, 19 de febrero de 2013

Sam, mi Sam. Decías que yo era la heroína y juro que intentaba serlo,quería cambiar este maldito mundo y salvarlo. Pero contigo era tan difícil competir, porque no jugabas para ganar, jugabas porque era lo correcto. Te inmolabas por cualquiera, en cualquier momento solo porque te salía ese complejo de Superman y creías que podías chocarte contra un bloque de cemento a dos mil kilómetros por hora sin romperte un solo hueso.Idiota, la invencible era yo ¿recuerdas?, tú eras un simple mortal.Sin embargo tenías una debilidad, o la teníamos aunque nos costara verlo, aunque no lo viéramos hasta el final, cuando ya era tarde.
-Samuel no seas pesado ¿quieres?, es lo más seguro, si vamos los dos dejaremos a todos sin un jodido soldado decente que los proteja.- Dije, sabiendo que no me dejarías tener la última palabra.
-Deja de decir gilipolleces, últimamente parece que no sale otra cosa de esa boca.Hace  dos meses no te importaba una mierda todo esto.La resistencia era solo una forma de lucirte, de conseguir que te mataran de una vez por todas. La gente que te admiraba te producía arcadas¿Qué a cambiado tanto para que ahora estés dispuesta a morir por ellos y no por ti?.
-Ya lo sabes.- Hay que reconocer que eras peor que un dolor de muelas, maldito ególatra lleno de sinceridad y miradas profundas.
-Dilo Eve, dilo o no te irás de aquí-. Y sonaste mucho más seguro de lo que nunca te había escuchado.
-Dios Sam ya lo sabes, claro que lo sabes, colo quieres inflar aún más tu ego de machito dominante.
-Dilo.-Dijiste como única respuesta.
-Te quiero¿vale?,por mi que la resistencia y todos ellos se vayan al cuerno, quiero salvarte a ti, solo a ti. Te quiero Sam, si no es desde el primer día desde el segundo. Se supone que me entrenaron para que esto no pasara, eres un simple mortal y yo soy una especie de héroe mítico, y aún así te quiero. Por eso necesito que me dejes ir, porque te juro que si te pasa algo por mi culpa, si mueres por mi causa, ningún lugar de este jodido mundo será lo suficientemente oscuro como para ocultarse de mi desastre-. Deje que las palabras fluyeran una detrás de otra sin ningún tipo de filtro.
Entonces te miré por primera vez desde que había comenzado a hablar y vi tu ojos azules empañados, no supe distinguir si eso era una buena señal o simplemente ibas a soltar alguna frase de tu estilo como "muñeca, ya sabía yo que bebías los vientos por mi"
-Ahora si que no vas a ir ahí sola.- Y me abrazaste como nunca nadie me había abrazado.Hasta ese momento había estado helada y no lo sabía, cuando sentí tus brazos rodeándome me descongelé.
Sam, no sabes lo que hubiera dado por permanecer así toda una vida, pero tú eras mucho más valiente que yo.Lo siento Sam, pero no podía soportar la idea de que fueras tú el que se marchara antes.


Ya sabes lo que me encanta ser la protagonista.



No hay comentarios:

Publicar un comentario