miércoles, 18 de enero de 2012

El comportamiento humano es complejo.Somos los únicos animales con la capacidad de sentir compasión, de llorar por la muerte de otro ser de este lugar llamado mundo.Aún así tenemos tendencia a estropear todo aquello que tocamos, romper lo bonito que nos rodean, devastar los minutos mientras las manecillas del reloj hacen carreras frenéticas.Por eso Madrid está llena de malentendidos. de cafés sin acabar , de personas que se empujan y gritan en la Gran Vía. En mi cuarto por el contrario el ser humano se desprende de toda su armadura, lo que le hace único e infranqueable, y solo quedas tú.Desnudo ante la inmensidad de mi pequeño caos.Me gusta imaginarte con uno de mis libros entre las manos o algún número atrasado de una revista, revisando cada anotación que he echo en los margenes,  recreando mis dedos rozando el papel que sujetas, mis ojos posados entre las lineas, buscando aquello que me haga sacar una sonrisa o una lagrima o ambas cosas. A veces me gusta pensar que eres capaz de leer entre mis lineas, capaz de ver mi alma a través de mis pupilas.Imagino que te pierdes en mi lado salvaje, capaz incluso de poner paz en aquellos rincones que daba por devastados.El genocidio de todos mis temores hace que sea capaz de imaginarte en mi habitación. Solo,asustado,perplejo ante la idea de que ahora sea yo la que te haga enamorarte, estallar en mil pedazos.Imagino que me ves mucho más fuerte de lo que soy en realidad, producto de tu imaginación distorsionada.Imagino que ya no soy yo la que tengo miedo, que el pavor irracional a dejado sitio a una seguridad aplastante e incomprensible.Imagino que nadie puede tocarme, inmune a todas las cosas que algún día me hicieron temblar, excepto a ti.Siempre fuiste mi talón de Aquiles, la piedra en mi zapato, aquel molesto picor de espalda. Así que dejo apartada la idea de olvidarte o incluso la de recordarte un poco menos.Por un segundo me creí libre del efecto que tienes en mi, de la serie de sensaciones que provocas en mi cuerpo.Ahora me doy cuenta de que nunca seré del todo libre.Tu amor, que corta como el cristal, me acompañará a donde quiera que intente escapar.Como un lastre pesado.No es tu culpa, soy yo.No quiero enfrentarme sola a lo que supondría dejarte atrás, se me hace mucho más sencillo cargar con este amor irracional y no correspondido a mis espaldas.Es la barrera perfecta, evitando así que nada me dañe, escudándome en el afecto estúpido y unilateral que siento por ti.Pero tú no tienes la culpa, soy yo, que me muero de miedo si pienso en perderte.Soy yo, abocada a algo que se que me hará daño.Soy yo, empeñada en refugiarme bajo el veneno de mis palabras.Soy yo, que evito todo aquello que pueda hacerme tirana de mi misma ,Soy yo, que me enamoré de la idea de que jamás desaparecerías.

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