domingo, 26 de mayo de 2013

Él dijo que el invierno no los tocaría, que jamás podría hacer que sus labios se quedarán amoratados y con grietas. Tenía razón, fue su corazón el que no consiguió cicatrizar.Se congeló, y cuando llegó por fin la primavera ya se había hecho añicos.
Imposible repararlo.Imposible no quererle. 
Sabía a lo que se exponía cuando decidió no hacer caso de las advertencias y dejarle entrar en su vida y en su cama.Fue incapaz de no colgarse de sus pestañas, de no caer por la curva de su sonrisa.
Imposible no fugarse.Imposible alejarlo.
Llegaron otros después, como la primavera. Intentaban reparar sus rozaduras, convertirlas en caricias. No entendían que ella no tenía arreglo, ni tampoco quería que la repararan. Casi nunca lo decía, pero aveces sentía que hasta el mundo confabulaba en su contra.
Imposible olvidarle.Imposible no engañarse.
Fue roca y fue marea, casi nunca consiguió volverse etérea. Le hubiera encantado  alcanzarlo hasta allí arriba, donde solía volar juntos. Pero solo él sabía como llegar, como tocarla. Todos los que lo intentaron perecieron o no llegaron ni si quiera a ser preámbulo de amor.
Fuiste mi imposible, sigues siendo inalcanzable amor.




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