martes, 18 de noviembre de 2014


Si alguna vez tengo una hija, espero poder agarrarle de las muñecas y decirle que yo no pasé hambre en ninguna guerra; pero me enamoré de ti. 
(Irene X)





Yo viví el amor como quien vive una guerra,
me devastó por dentro,
y por fuera dejó ruinas de los bombardeos de tú cuerpo sobre mi ciudad maldita.
Viví el amor como el gran incendio de mi vida,
llamas estranguladas cerniéndose sobre nosotros dos,
cenizas que al soplarlas acababan estancadas en cualquier rincón de mi inocencia.
Yo sentí con los ojos vendados, como alguien que intenta acertar a una piñata,
sin saber que lo caerá esta vez no son caramelos si no despojos de si mismo.
Cría en el amor como una puesta,
un todo o nada,
si no podía ganar entonces tampoco merecía perderte.
Luché por él en una batalla a muerte,
y lo peor es que al final resulté vencida y viva.
Me despojé de cada centímetro de mi piel en nombre de ese amor,
acabé con todo lo que me cubría,
y me presenté desnuda y despellejada para que me apaleara a su gusto.
Nací cambiante y me moldee para encajar en la visión que parecía compartir,
alcancé la perfección para complacer a un amor inhumano y sádico,
que me rechazó mucho antes de que tuviera opción de alcanzarlo.
Viví el amor como un imposible hecho a la medida de mis expectativas,
un sentimiento sobre el que yo escupía,
mientras en secreto me moría de sed.
Si alguna vez me preguntan como te viví, diré que yo nunca quise enamorarme, pero que la guerra me estalló en las manos y que tú metralla me caló hasta los huesos, agujereándome incluso el corazón.

1 comentario:

  1. Mientras lo leía, pensaba escribirte cuál había sido mi parte favorita. Pero lo es todo el texto. Magnífico.

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